Ciudad de México.- Edgar Tezcatzin López recuerda correr entre flores de cempasúchil en el sur de la Ciudad de México desde que tiene uso de razón y ahora, después de un duro año por la pandemia, el invernadero de su familia se prepara para el Día de Muertos con entusiasmo ante las nuevas oportunidades.
En 2020, después de varios años aumentando la producción, el Invernadero San Marcos, en Xochimilco, la alcaldía capitalina reina en el cultivo de esta flor tan emblemática, decidió sembrar 25 mil plantas de cempasúchil.
Se arriesgaron y «por fortuna» las lograron vender todas. Pero este año, ante el anuncio de las autoridades de celebraciones y apertura de panteones para tan importante día para los mexicanos, plantaron 30 mil, y las expectativas son positivas.
«(El año pasado) no sabíamos si poner esa cantidad porque se estaba manejando que el Gobierno iba a cancelar los festivales para el Día de Muertos, los panteones iban a estar cerrados y por lo tanto no iba a haber ofrendas. (…) Sin embargo, nos la jugamos y decidimos poner esa cantidad que sí se vendió por fortuna», dijo este viernes Edgar a Efe.
Como ellos, contó, el resto de productores lograron sacar adelante sus cultivos con muchos esfuerzos. Ayudó, por ejemplo, la máxima de que la necesidad agudiza el ingenio, puesto que personas desempleadas les compraron mercancía para revenderla.
El hombre, de 35 años, también se preguntó si tal vez las miles de muertes por coronavirus en México aumentaron la necesidad de las familias de honrar a sus muertos.
La flor de cempasúchil es quizá el icono más importante del Día de Muertos, cuyos orígenes datan de la época prehispánica.
Su color amarillo intenso y anaranjado es un símbolo en esta época del año y ornamenta los altares de las casas, tumbas, edificios públicos y plaza, donde se acostumbra colocar un camino de pétalos de cempasúchil hasta la puerta para que los que ya partieron puedan llegar al mundo terrenal y al lugar donde sus familiares les dejaron la ofrenda.
Esperanza y celebraciones
Sea como sea, ante el descenso en los contagios logrados por las vacunas, la capital mexicana celebrará por todo lo alto y con muchas ganas estas fechas, aunque con todas las medidas sanitarias posibles, según anunció en días anteriores la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum.
Por eso, Edgar y su familia, que también se dedican al cultivo de nochebuenas -las tradicionales plantas navideñas-, confían en que habrá buenas ventas. Este viernes abrirán sus puertas para que los clientes puedan comprar el número de plantas que desean.
«Vamos a poner 30 mil cempasúchiles y, por como se ha estado desarrollando la pandemia, estamos un poco más tranquilos. Al menos en el gremio de los productores creemos que hay un poco más de certidumbre», consideró.
Según informó el jueves la alcaldía de Xochimilco, pese a la pandemia, no bajó la venta de flores ornamentales en la zona.
«No hay otra alcaldía en la que exista esta producción con el tamaño de la de Xochimilco», expresó el alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta, durante la inauguración del certamen de cempasúchil 2021, en el Mercado Acuexcomatl de San Luis Tlaxialtemalco, uno de los 14 pueblos que conforman la alcaldía.
Por su parte Marina Robles, secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México, dijo en el evento, en el que se presentaron productores: «Creemos que vamos a volver a lograr el 100 % de la venta de cempasúchil».
Un sentimiento «más penetrante»
De esas 30 mil macetas, una pequeña parte irá para construir la ofrenda familiar, un momento que Edgar podrá vivir este año con mayor tranquilidad y que le permitirá recordar lo mucho que disfruta de las celebraciones de estas fechas, que vive de una manera un tanto diferente al resto de los mexicanos.
«Nosotros agarramos una parte de la producción para poner nuestra ofrenda en la casa. Es otro sentimiento, porque aparte de que le estás poniendo la ofrenda a tu difunto le agregas la idea de que tú cultivaste esas flores y es todavía más penetrante el sentimiento», contó.
Además, el Invernadero San Marcos llegará con sus plantas a cientos o miles de casas donde celebrarán, comerán, bailarán y cantarán mientras recuerdan a quienes ya no están, algo que el hombre considera especialmente arraigado en estas tierras.
«Son muchas reuniones con la familia, mucha comida. Y muchos sentimientos agradables de estar recordando a nuestros difuntos, y que (durante las reuniones) me estén contando de tal difunto que tal vez no conocí, pero me cuenta historias de cuando era joven y a veces te dicen ‘tú te pareces a tu tío tal’», expresó.
Ahora, semanas antes de las celebraciones del Día de Muertos, su cultivo, que se extiende a lo largo de tres hectáreas, ya muestra unos resplandecientes colores naranja y amarillo.
Una muestra más de que, por fin, México podrá de nuevo volver a honrar a sus fallecidos sin limitaciones.