Por: José Andrés Zorrilla M
*Escándalos, uso inteligente y materia prima.
Los temas electorales de los seis estados en el país que competirán por su gubernatura entraron en receso, no sin antes cerrar la temporada como suele ser en política, con escándalos y asuntos mediáticos que fueron durante estos últimos días, tema de conversación nacional y desde luego estatal, en una contienda que para Tamaulipas significa en particular un antes y un después. Porque también fue el epicentro de desencuentros entre el gobierno federal y estatal que sin duda dejaron mella, en muchos sentidos.
En ese entonces los ESCÁNDALOS mediáticos y jurídicos, no hicieron esperar su efecto, impactaron directamente en las elecciones de 2021, en donde la marca perdió el Congreso y ciudades muy importantes como: Ciudad Victoria Capital del Estado, Nuevo Laredo, Reynosa, Altamira y Ciudad Madero, entre otras, esta última por cierto de manera estrepitosa, con lo que se sumaba ya un factor al grado de dificultad para lo que viene el domingo 5 de junio, que sin duda será una contienda entre la corriente federal y el partido en el poder en el ESTADO. Siendo realistas es entre ambos grupos en donde se diputará la gubernatura.
También impactaron en ese momento en el ánimo de los que estaban adentro, de los que estaban afuera, pero afines a la marca que gobierna desde 2016 Tamaulipas y desde luego de los que estaban indecisos, ese es el uso real de lo que se da a los escándalos mediáticos, ciertos o falsos, pero que tienen un objetivo en política: sembrar dudas y que el sentimiento del electorado se mueva y cause un contrapeso diferente. Lo que pase después ya es secundario, se arregla, se compone, se endereza jurídicamente si es necesario. Para muestra de que eso tiene en muchos casos su temporalidad, solamente hay que ver unas fotos.
Es muy importante como ya lo dijimos en esta columna el tema de la propuesta de los próximos formalizados candidatos, es decir, el contenido de sus planes, mensaje y estrategia, pero no debemos olvidarnos que, en esto de lo electoral y político, los escándalos tienen una gran relevancia y son sin duda materia prima. Por supuesto que en teoría y en el ámbito del uso que se les dé en esto de lo que los políticos llaman estrategia, porque si un escándalo es solo mediático y no se capitaliza por una oposición inteligente, no tiene ningún valor real, al menos desde el punto de vista elecciones. Simplemente será un asunto de prensa y redes sociales.
Lo importante de este tipo de asuntos para la sociedad es que se fueran a fondo, que se llegara “hasta las últimas consecuencias” como suelen decir las oficinas de comunicación o los discursos cuando algo grave pasa en el ámbito de los tres niveles de gobierno, que es lo que se merecería la ciudadanía, pero en realidad las últimas consecuencias, realmente son los objetivos de dichos escándalos mediáticos tienen a la vista temas de desgaste y deterioro de la contraparte con la que se va a contender. Lo que sería el uso INTELIGENTE del asunto como tal.
Entonces eso puede gustarnos o no, pero es una realidad que es medible por sus antecedentes y consecuencias en donde los escándalos lo menos que han tenido es un tema de justicia pero si un asunto electoral muy importante, para eso tenemos de muestra “ La Casa Blanca” que aún cuando no tuvo consecuencias de otra índole, sin duda ocasionó un daño muy grave a una corriente política que sumado al lamentable tema Ayotzinapa, significó un tema de desgaste político y pérdida total de aprobación, que hubiera podido ser un asunto de medios únicamente, pero que en ese entonces la oposición de izquierda en el país supo aprovechar como MATERIA PRIMA para convertirla en un asunto de discurso y reclamo que al final dieron como resultado las elecciones de 2016.
Lo anterior implica que los ESCÁNDALOS requieren algo más que expansión de medios, noticieros, redes sociales etcétera, ellos cada uno cumple con su trabajo. Este tipo de asuntos requiere del uso inteligente electoralmente hablando, para convertirlos en un factor de bandera, discurso, reclamo, postura y finalmente campaña a favor y en contra.
Claro que lo ideal sería que, saliendo del traje de candidatos, volvieran al de servidores comprometidos para aclarar la verdad y hacer justicia, pero en realidad estamos hablando de un tema ELECTORAL que si bien es cierto puede tener un beneficio adicional, de lo que se trata en esta contienda es de que cada escándalo tenga a una oposición en la contienda que lo haga valer, para que además de un asunto de interés mediático sea utilizado para los fines que convenga a cada proyecto.
Por lo pronto Quintana Roo, ya dio muestras también en estos días de lo que ocasiona un escándalo mediático, hasta el momento, que claro aprovechado por otros intereses ahora ya tiene un relevo emergente entre los protagonistas a gobernar esa costa del Caribe. Es decir, le sacaron partido.
En resumen, en política escándalo sin oposición es únicamente asunto de café y hasta de chisme. Más allá de la ética.
Hasta pronto