Matamoros: Adriana contra Letty
José Ángel Solorio Martínez
El diputado local, Alberto Granados, quien aspira a la alcaldía de Matamoros bajo las siglas de la IV T, está a un paso de la piedra de los sacrificios. MORENA, en el afán de no complicar las cosas en un municipio de alta densidad demográfica-electoral, como el puerto, prepara una candidatura de mayor potencia: la Secretaria de Finanzas del Estado, Adriana Lozano.
En efecto: la escasa fortaleza del legislador, su conducta proclive a la mitomanía y al fraude –usurpa una profesión de la cual carece de prendas para su ejercicio–, las informaciones que lo ubican como hidroguachicolero –se comenta que sustrae agua saqueándo los recursos de la ciudadanía– y, sobre todo, su escasa empatía con la población matamorense, hizo voltear a ver como solución válida –ganadora pues– a la diputada federal con licencia, Lozano.
¿Qué hizo virar una solución que ya había sido tomada desde ciudad Victoria, en favor de Beto Granados?
1.- La vigorosa aparición en el escenario local, de la ex alcaldesa Leticia Salazar. Este actor sociopolítico, desde su emergencia con la intención de disputar la alcaldía a los morenistas, logro concitar una serie de coaliciones sociales en torno a sus aspiraciones.
2.- La precampaña de Letty, fue tan sorprendente como efectiva. A los pocos días de su reincorporación al PAN, exhibió un músculo nada desdeñable. Su aliado económico Luis Biasi, no ha escatimado recursos para reposicionarla entre el electorado regional.
3.- El PAN en la ciudad, tiene un voto duro considerable. Ha sido gobernada por Acción Nacional, nueve años, con Jorge Cárdenas, Ramón Antonio Sampayo y Lety Salazar.
4.- Lety, es una política capaz de construir alianzas transversales. Resultó un éxito, incorporar a la niña genio, Paloma Noyola –ciudadana sin partido– y postularla como candidata a diputada local por el distrito 11; esta región electoral, comprende la zona –fifí, dirán los morenistas– de mayores simpatías para el PAN y una zona de colonias populares en donde la pequeña Jobs, se presume, arrasará.
Más claro: ese distrito, dicen está casi escriturado para el panismo matamorense.
La potencia de la ex alcaldesa, Salazar, ha madurado las expectativas de triunfo en el distrito 9, conformado por comunidades agrarias y rurales.
En síntesis: la candidata del PAN y el PRI –en la ciudad, es una fuerza declinante, pero con presencia– tiene arrinconados a los aspirantes a las diputaciones del distrito 11 y 9.
La tesorera Lozano, es la opción –la única, según se percibe– triunfal para MORENA en territorio de Rigo.
Granados, tuvo todo: recursos, apoyo logístico, apoyo propagandístico, soporte mediático, y no pudo.
La agrupación dirigida por el anodino, Marquitos Batarse, lo placeó hasta el cansancio; giras por la playa, paseos por las colonias, encuentros con diversos actores sociales y fue incapaz de crecer y madurar en una sociedad que ha generado una clase política de prendas muy macizas.
De hecho, la IV T, no ha podido delinear una nueva clase política guinda con potencia, en Matamoros. El fracaso de Granados, no sólo es un descalabro personal; es al mismo tiempo un sofocón a una clase política emergente de textura guinda, que se pretendía fuera reemplazo de todos los escombros dejados por lo peor del PRI y del PAN.
La de Lozano contra Lety, será una contienda feroz y de pronósticos reservados.
Evidentemente: Lozano lleva ventaja, porque la impulsa una marca que por cualquier ángulo que se le vea, supera a todos sus adversarios sobradamente; Salazar, arrastra muchos negativos por los partidos que hoy le dan sombra, pero a pesar de ello, tiene un perfil competitivo como pocos prianistas.
Es probable, que a la ex alcaldesa azul, no le alcance para regresar a la presidencia municipal…
…pero al menos, entregará a su partido, una diputación local en el más precario escenario o dos, en un resultado de final feliz.