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por Joel Cárdenas

Arnulfo y la diputación federal

José Ángel Solorio Martínez

¿Debe Arnulfo Rodríguez Treviño -líder de la Sección XXX del SNTE-, aceptar la candidatura a diputado federal por MORENA?

(El CEN del SNTE, ha girado la propuesta al dirigente magisterial tamaulipeco, para ocupar un escaño en el Poder legislativo -vía representación proporcional- como parte de los acuerdos del movimiento de los trabajadores de la educación, con la candidata presidencial de MORENA, Claudia Sheinbaum Pardo).

Arnulfo, está reacio a la participación.

Cuestión de evaluar con prudencia y frialdad, esa posibilidad.

¿Qué podría ocurrir si Rodríguez Treviño acepta ir al Congreso de la Unión?

1.- Potenciaría su liderazgo tanto en la estructura nacional del SNTE, como en el tejido magisterial en la región donde tiene su sede la Sección XXX. Como diputado federal, estaría a un paso de amacizar su presencia y su potencia políticas: casi necesariamente, sería parte de la Comisión de Educación del Congreso de la Unión; y eso, le daría posibilidad para estar en primera fila de las políticas educativas del Segundo Piso de la IV T.

Es decir: justo lo que ahora hace en el estado, Arnulfo, -defensa del Libro de

Texto Gratuito y de la escuela pública- podría llevarlo a otros niveles y planos de la política cuatroteísta.

Se vincularía con los actores fundamentales de la vida educativa nacional: la Secretaría de Educación y otros actores de similar contextura, como el SNTE e intelectuales que trazan los caminos teóricos de la educación mexicana.

¿Podríamos imaginar la capacidad de definición que obtendría el tamaulipeco desde aquellas áreas fundamentales del gobierno federal?

2.- Prohijaría un vuelco en la correlación de fuerzas en la entidad. Su capacidad de gestión y negociación se incrementarían.

¿Achicaría a la secretaria de la SET, Lucía Aimé Castillo Pastor, el profesor Arnulfo con su curul federal?

Evidentemente: sí.

Si el dirigente del profesorado crece, a consecuencia de una de las leyes fundamentales de la política, sus adversarios políticos y gremiales en Tamaulipas, se debilitarán.

De otra forma: si en estos momentos, las dinámicas de la Sección XXX, traen mareada a Lucía Aimé, con el profesor en el parlamento mexicano se acercará más y más a su final como secretaria.

3.- Se le abrirían expectativas para sumarse al aparato del CEN de su sindicato, que en unos meses renovará sus liderazgos. Circunstancia tal, daría continuidad a su proyecto en el magisterio tamaulipeco.

Más claro: opinaría sobre su propio sucesor en la Sección XXX.

(No hay que olvidar que intereses ajenos al magisterio, siguen soñando con ubicar a un dirigente dócil para permitir el saqueo de cuotas y ahorros de los más de 60 mil trabajadores tamaulipecos de la educación. De igual forma: no se puede soslayar, el interés del panismo tamaulipeco de poner al frente del sindicato de maestros a personeros suyos, como en el pasado los tuvo).

4.- Retornaría la otrora fortaleza de los profesores en la sociedad y la política. Podrían opinar con la seguridad de ser escuchados, sobre las tareas de los municipios en el proceso educativo de la región. Actualmente, en las Secretarías de Educación o Direcciones de Educación y Cultura de los Ayuntamientos, operan personajes ajenos a esas disciplinas.

Rodríguez Treviño, se sabe en corrillos de la Sección, piensa proponer como candidato a uno de sus colaboradores de mayores confianzas.

Error.

Al hacer lo que Arnulfo haría desde el Congreso -el emergente-, se convertiría en un natural contrapeso para el liderazgo de la Sección XXX. Y el fantasma de la ruptura, chocarreramente, se pasearía en el núcleo más fraterno del líder que hasta ahora ha sorteado con éxito todos sus desafíos.

Es lo que hay: cohesión o dispersión.

No más.

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