La guerra por Reynosa
José Ángel Solorio Martínez
En lugar de asistir a la audiencia con el juez de San Fernando, Tamaulipas, el alcalde Carlos Peña Ortiz, corrió a la CDMX a tomarse fotos con los santones de la IV T, para presumir el apoyo de los factores nacionales guindos a su causa.
Es decir: Makyito, a todo trance pretende asumir su defensa -por los delitos de lavado de dinero y otros derivados de esa infracción a la ley- desde las esferas de la política.
Para el jefe edilicio -y sus asesores-, negar la existencia de las graves acusaciones, es la estrategia adecuada para salir del brete en que él solo se metió por su desmedida ambición y su evidente desdén por el Estado de derecho.
¿Qué le cuesta a Peña Ortiz, asistir a las audiencias a las cuales ha soslayado por soberbia y al amparo de la impunidad?
¿Sospechará que de comparecer ante el juzgador lo pone en riesgo de quedar encarcelado por lo fehaciente de sus conductas delictivas?
En esa incertidumbre política que vive Reynosa, se mueve uno de los actores políticos que tiene en marcha una de las mejores precampañas electorales de todo Tamaulipas: Marcelo Olan Mendoza.
Este abogado, que también se ha inscrito en la justa interna de MORENA buscando ser candidato a la alcaldía reynosense, ha hecho de la denuncia pública -contra Makyito- su principal instrumento de propaganda.
Aunque no lo parezca, Olan Mendoza, ha ganado puntos de preferencia en las encuestas en forma directamente proporcional a los que pierde el presidente municipal que busca por cualquier método su reelección al frente del Cabildo de esa ciudad norteña.
Han sido tan palpables las denuncias penales de Marcelo, que desde hace más de un año la autoridad judicial le tiene la soga en el cuello al hijazo de la vidaza de doña Maky.
La coyuntura, también favorece al litigante.
El precandidato del Movimiento Ciudadano (MC), Rigo Ramos, se desinfló. Es hombre al agua, desde el momento en que salió de la contienda presidencial el nuevoleonés, Samuel García. El gobernador del estado vecino, se movió en la precampaña con gran destreza; había concitado amplios apoyos ciudadanos, de tal manera que amenazaba desplazar del segundo lugar de la pugna presidencial a la precandidata prianista, Xóchitl Gálvez.
Samuel, inyectó oxígeno puro a los candidatos naranjas en Tamaulipas.
Uno de los más beneficiados por el efecto fosfo-fosfo en la región, había sido el reynosense Ramos. Su precampaña, se extendió al imprimir optimismo y combatividad a las actividades en comunidades rurales y urbanas de la ciudad.
Desde la desaparición del paisaje nacional del orange gobernator, Rigo empezó a decaer en el ánimo de los ciudadanos.
Una parte de la clase política local, que le hacía guiños al precandidato del MC, en el nuevo reacomodo de fuerzas en el país, no sin desaliento, regresaron a sus partidos de origen.
Ese fenómeno de migración política prohijado por la emergencia de un candidato presidencial, lo está ahora aprovechando Olan Mendoza: segmentos de grupos circunstancialmente naranjas, se han acercado al precandidato morenista para enfrentar el pernicioso continuismo que representa la entronización de los Makyiavélicos en la alcaldía por tres años más.
La campaña del abogado guindo, no ha concluido.
Viene otra embestida penal contra Peña Ortiz.
A juicio de Marcelo, el alcalde ha incurrido en serias transgresiones a la ley por declarar con falsedad ante una autoridad judicial.
Esta semana, se soltarán de nueva cuenta los demonios contra Makyito.
Olan Mendoza, dirigirá sus denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR), para que indague no sólo al alcalde; también va en el paquete, el juez que tiene su sede en San Fernando, por frenar la acción de la Justicia y otras ilegalidades de similar cuño.
Así las cosas…
…hasta hoy.