Las historias de Tico y Pepe
José Ángel Solorio Martínez
MORENA, arregló Ciudad Victoria. Se resolvió, de la manera más sensata: va Lalo Gattás por la alcaldía. Sus más cercanos competidores, Tico García y Pepe Braña, quedan para otros proyectos; su potencia, apenas les da para una diputación o una regiduría -no más-.
Lo intentaron Tico y Pepe, con enjundia y con el padrinazgo de un factor que sólo ha exhibido potencia para proponer candidatos en municipios -en el contexto estatal- de poca monta.
Si hubieran entrado a la puja por el Ayuntamiento de Méndez, San Carlos o San Nicolás, de seguro hubieran ganado la candidatura. En Victoria, es otra dinámica; aquí coexisten, fuerzas desconocidas tanto para García como para Braña.
El colmilludo Oscar Almaraz, hubiera hecho cera y pabilo con ellos. Lo mismo la influyente Alejandra Cárdenas, que con todo y representar a un grupo político declinante, todavía tienen capacidad como para competir con niveles esperanzadores.
Con esos candidatos, el PRIAN, estaba jugando a ganar la alcaldía. Y los pichones -Tico y Pepe-, potenciaban la posible victoria por Victoria del geñista, priista, panista, y cabecista, Almaraz.
El par de políticos, recurrieron a todos los artilugios permitidos en una campaña interna: pagaron -y siguen pagando- encuestas patito y las publicaron en medios de influencia regional; y no se diga en redes: en Facebook, Instagram y la X sus promocionales circulan a pasto.
No les alcanzó.
Les faltó tiempo.
Les faltaron recursos -intelectuales, porque materiales sobraron-.
Pero, sobre todo: su precario nivel competitivo, imposibilitaba un aplastante éxito contra el costal de mañas -y dólares- de Oscar y la capacidad de presión de los promotores de la diputada Cárdenas.
¿A algunos no les gusta la candidatura de Gattás?
Los hay.
Al interior de MORENA y al exterior de MORENA.
Sólo que la política no es de gustos; ni de “cáime bien”. En la mayoría de los casos, es de resultados objetivos, medibles. Y si de cuantificaciones se habla: Lalo, presenta los mejores números.
El alcalde victorense, en las ponderaciones más científicas, está arriba del PRIAN y de Oscar, más de 10 puntos.
En careos con Tico y Braña, sale con la mano en alto Almaraz; para acabar pronto: a la parejita que pasea la manita del 15 Hidalgo, los aplastaría con relativa facilidad. El tampiqueño, haría un mejor papel; en tanto el ex socio de Ismael cabeza de Vaca en el sector Salud, haría un penoso rol: el ex Tesorero de Geño lo haría polvo.
¿Por qué esos anémicos números de Tico y Pepe?
Conjeturemos:
1.- Tico, proviene del viejo sistema político cabecista. Está vinculado, al cártel negro de la Secretaría Blanca -Salud-. Por años, sirvió al cabecismo siendo prestanombres en empresas de los hermanos Cabeza de Vaca, en la venta de medicinas. Eso, por supuesto, no agrada a las bases de MORENA. A ello suma, ser lopezobradorista de última hora. Se adiciona a ello, su distante labor social en la ciudad que desea gobernar: su actividad, se ha centrado en los negocios turbios y no en programas de apoyo comunitario.
2.- Braña, vive del cuento de su consanguineidad con AMLO. Pretende gobernar la capital de Tamaulipas, y tiene sus bienes e inversiones en Tampico. Como legislador, ha dado cuentas mochas. Sus informes, no proporcionan información; eso sí: generan pena.
Hace tres años, quiso ser candidato a alcalde.
No pudo.
Perdió contra Gattás.
Para el 2024, se configura similar escenario.