¿Qué pasaría si gana Xóchitl?
José Ángel Solorio Martínez
El análisis contra-factual, es una herramienta útil, en función de que puede ayudarnos a imaginar escenarios futuros -tanto como pasados-; es prudente, para construir acomodos y reacomodos de fuerzas socio-políticas, si los hechos cobraran forma de manera diferente a la cual creímos; es aplicable, en tanto se tiene la claridad sobre acontecimientos, que ocurren y transcurren de formas diversas, es decir: muchos eventos, se expresarán en el futuro, empaquetados como por el multiverso.
¿Qué pasaría si gana la presidencia de la república, Xóchitl Gálvez?
1.- Representaría el retorno y la reconfiguración de las políticas neoliberales en el país. La política social de la Federación, sería otra: menguaría el apoyo a los desprotegidos; se ensancharían de nuevo, las políticas privatizadoras; las pensiones a grupos vulnerables se disminuirían; los salarios mínimos, escalarían en forma descendente; el subsuelo de la nación se desincorporaría -es decir: se entregaría a las empresas nacionales y transnacionales-; y sobre todo, se visualizaría el gasto social como un ejercicio gubernamental oneroso al tiempo de bajar el presupuesto para las empresas públicas y el apoyo a todo trance para los negocios privados.
2.- Es más que evidente: Miss Gelatinas, ni con la lámpara del genio, se llevaría carro completo: diputados, senadores y presidencia de la república. Y menos, mucho menos, lograría la mayoría calificada en las Cámaras de diputados y de senadores.
Es decir: se viviría una especie de parálisis legislativa; un eterno tironeo entre los Poderes Legislativo y el Ejecutivo nacionales. Casi como ahorita, pero con mayor crispamiento.
3.- Veríamos con la experta manufacturera de gelatinas en Palacio Nacional, un Poder Judicial, súper-empoderado. Sería la bisagra de la gobernabilidad. Se transformaría en el fiel de la balanza entre el lógico enfrentamiento entre los Poderes Legislativo y Ejecutivo.
No sería desproporcionado, ver operativos de Juicio Político contra los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por las mayorías guindas en el Congreso y el Senado.
No regresarían los Fideicomisos ya desaparecidos…
…pero desde presidencia de la república, se le restaurarían sus privilegios.
4.- Sin duda, el lopezobradorismo, se atrincheraría en las 23 gubernaturas que tiene bajo su férula. Si por azares del destino, llegaran a pasar reformas Constitucionales, ese grupo de gobernadores, serían movilizados para frenar todo cambio de la Carta Magna, en favor del proyecto de los conservadores.
Ese paquete de Ejecutivos estatales, sería parte medular de la gobernabilidad del país.
La presidenta Gelatinas, tendría que lidiar con otro frente abierto.
(El otro, indiscutiblemente, sería el Poder legislativo).
5.- Habría fracturas en el bloque MORENA-PT-PV. Toda derrota política, genera fracturas y desalientos. Los verdes, con su ya clásica conducta de colgarse de la liana ganadora, emigraría al PAN, más pronto que inmediatamente.
Del PT, hay dudas.
Lo innegable, es la partecita de cuerpo y alma, que tiene en su médula al salinismo.
Podríamos ver, claudicaciones en algunos gobernadores, que firmarían un pacto de pluralidad -sería la retórica- entre esos actores guindos y Doña Gelatinas.
Bajo esa posibilidad, se desplegaría una rabiosa lucha intestina entre los partidos de la tríada MORENA-PT-PV. Proliferarían, purgas de familia, ásperos debates y pérdida de identidad y de militancias. En suma: los alcanzaría el caos, el desorden.
6.- Ante la ebullición y la inquietud sociales, Xóchitl, cambiaría la política internacional, para echarse en brazos de Estados Unidos y de su presidente. La consecuencia, sería evidente: perdería México, el respeto mundial ganado en el contexto internacional por la máxima de AMLO: “la mejor política externa, es la política interna”.
Cuide su voto.
Es más importante, de lo que los políticos creen.