La imbatible IV T
José Ángel Solorio Martínez
El 2024, será la pugna del avance contra el retroceso. El bloque político encabezado por MORENA, contra los frentes comandados por el PAN y el de reciente configuración Movimiento Ciudadano, en compañía de un segmento morenista a cuyo frente se pondría Marcelo Ebrard.
A contraparte del proyecto de AMLO, la oposición encarna una funesta regresión: desmantelar todo indicio de política social progresista, y de ser posible, dar una vuelta a la tuerca a la derecha para volver a los más galopantes y sonrientes días del neoliberalismo, que puso en manos de las élites las empresas del Estado, porque los bienes públicos son inadmisibles y el Estado es pésimo administrador del patrimonio de la Nación.
Tiene razón López Obrador, cuando recuerda, y hace suya la frase de “la oposición está moralmente derrotada”.
¿Puede alguien, desde una posición política, de avanzada, humanista, estar en contra de los apoyos a adultos mayores y a toda población vulnerable?
Es hasta una imprudencia, abanderar esas propuestas que suenan absurdas y ausentes de sensibilidad social. (Probablemente, la caída en las preferencias de Xóchitl, se expliquen por su rechazo a la política social -ella la identifica como postura populista- de la IV T, y no sólo por sus acciones de pillaje y de carencia de prendas éticas).
¿Sin perder la ecuanimidad se puede, defender los fidecomisos del Poder Judicial de la Federación que encarnan los privilegios más intolerables como vehículos blindados, seguridad personal y familiar, alimentos en exclusivos restaurantes, vales de gasolina, elegante ropa, celulares de alta gama -hasta seis por familia-, refacciones para sus coches y otras prerrogativas?
En esos meridianos, está ubicado el bando conservador.
Tanto el PAN como el MC, son los personeros, los interlocutores de los intereses de las oligarquías.
¿Cómo externar elogios para los magistrados que tenían congelado el caso del Grupo Salinas que impedía el pago de más de 25 mil millones de pesos de impuestos?
Sólo aquellos defensores de las ventajosas prerrogativas de las élites, externaron su apoyo a la inacción del PJF. Efectivamente: se escucharon voces que se indignaron por la sentencia -ante la presión social por la denuncia pública del presidente López Obrador- a favor del cumplimiento de las obligaciones fiscales del magnate.
Xóchitl, Ebrard y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, tendrán que quietarse la máscara en la campaña. Por más que intenten disfrazarse de políticos con vocación y prácticas populares, los traicionará su genética reaccionaria.
Es inminente: esa tercia, como candidatos, exhibirán sus verdaderos atuendos ideológicos.
La estrategia de la corriente conservadora, se tendrá que mover -sólo retóricamente- hacia el centro del espectro político, para evitar un descalabro de mayores proporciones.
¿Quién creerá a los bandidos neoliberales que por 30 años saquearon el tesoro de la Nación y el dinero de los mexicanos, al robarse el patrimonio del país?
Sólo unos datos, para quienes tienen a los gringos como ejemplo de buen gobierno, y menosprecian al líder de la IV T:
En recientes semanas, en el sur de USA, Texas para ser preciso, desaparecieron -y unas se achicaron- expresiones de su política social, como atención médica -hoy los norteamericanos, tienen que comprar seguros de atención médica-, el retroceso en soportes para vivienda, el apoyo de estampillas, el achicamiento del income tax y el retiro de becas para estudiantes en el rubro de la salud y las colegiaturas.
“Ya México, está mejor que aquí en USA”, me dijo hace unos días, un obrero agrícola mexicoamericano.
El centro de la polémica electoral el 2024, será la política social.
Justo, ahí en donde es imbatible la IV T.