Américo en su triunfo
José Ángel Solorio Martínez
Por primera vez en dos años, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya se vio suelto, libre, pleno. No hubo fantasmas del pasado, ni contrapesos fallidos. Ni amagos desde el extranjero. La piedra en el zapato no apareció por ningún lado; los representantes de la fracción parlamentaria opositora, ni sus luces: unos huyendo por un presente que lo persigue; otros escabulléndose de los excesos del pasado.
La fuerza que se caracterizó por obstruirle todo proyecto quedó hecha añicos por la fuerza de los votos que le dieron la vasta legitimidad.
Fueron dos años de transformaciones.
Fue el festejo público de la derrota del adversario que se caracterizó como el más desalmado enemigo de los tamaulipecos. Villarreal Anaya, quería decirles a todos que la batalla había sido larga, pero sus conciudadanos le habían otorgado la confianza de gobernar el resto del sexenio con el programa de la IV T y ahora, con el Segundo Piso de la IV T, dirigido por la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.
El Congreso local, representada por la mayoría de MORENA, le acompañó al solemne acto. Los diputados que sufrieron las de Caín, con la ahora actual oposición, vivían otro escenario; algunos como el diputado, Armando Zertuche Zuani, experimentaron los excesos del poder al ser destituido de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO): le quitaron la responsabilidad, para dejarlo como simple legislador.
La compra de dos diputadas de MORENA fue la forma en que el PAN obtuvo la mayoría calificada para lograr las reformas a modo.
Los alcaldes morenistas también sintieron el rigor de las mayorías, el igual que sus compañeros de partido. Por eso todos ellos, estaban alineados con el gobernador Villarreal Anaya, dando fe de su compromiso con la IV T y su Segundo Piso.
Excepto, Makyito que tal vez los efectos de la mala digestión le impidieron felicitar al gobernador para reconocer a Américo su éxito sobre sus competidores los texanos. Su madrecita, brilló por su ausencia.
Como nunca.
Doña Maky, conocida por su insistencia por acudir a todo evento político; con invitación o sin invitación, extrañamente no se le vio en tan importante evento. Tomó su lugar, rauda y veloz otra compañera exsenadora que desde Tampico se dejó venir: Lupita Covarrubias.
Otro que aprovechó el evento fue el senador, José Ramón Gómez Leal, quien parece tener una competencia con la también senadora, Olga Sosa; quien con sólo sonrientes fotografías y bolsos caros pretende ganar la candidatura.
Villarreal Anaya, echó su cuatro de espadas.
Dijo que Tamaulipas, había elegido entre un régimen deshonesto y el gobierno humanista.
Apuntó que los tamaulipecos, habían optado por la profundización de la IV T, que no era otra cosa que su Segundo Piso.
En fin Américo, auguró para el estado más desarrollo y prosperidad.
Y cómo no: tiene toda la simpatía y el apoyo de Claudia Sheinbaum