La bancada panista
José Ángel Solorio Martínez
Tal parece que el grupo parlamentario del PAN en la Legislatura 66, tendrá las mismas características, que las pasadas que hemos visto: poca sustancia, poca propuesta, y escasa productividad. Y enfrentarán a la mayoría de MORENA con la estrategia que tantos frutos les ha redituado: llevar a los tribunales la decisión final de los acuerdos que tomarán las mayorías.
Diezmados por asuntos extra-parlamentarios la bancada panista, tiene sólo seis de los ocho diputados. Dos de ellos, por problemas diversos están por el momento fuera: Ismael García Cabeza de Vaca y Gerardo Peña.
(Los dos más emblemáticos y macizos).
Asisten al debate en las plenarias, de la cámara, disminuidos por la ausencia de potencia del diputado Peña y por la falta del legislador García Cabeza de Vaca. Prácticamente, descabezada la bancada azul, tendrá que hacer un grande esfuerzo para desplegar un trabajo decoroso en el Congreso.
No se ve quién pueda realizar esa labor.
Los parlamentarios azules, van desarmados ante el proyecto de MORENA, que, con una mayoría sobrada, hará lo que quiera en la Cámara.
Podrán llamar a sus suplentes para que cubran sus lugares, pero no llenarán el hueco que dejan los dos diputados. La experiencia de Peña no se ve quién pueda suplirla. Y la presencia de Ismael, que se tenía planeado diera cohesión y solidez al grupo, no existe quién pueda cubrirla.
Ante eso, el viejo y conocido recurso de judicializar la mecánica parlamentaria. En efecto: veremos más de los mismo; la permanente estratagema de ir con los jueces para echar abajo las nuevas leyes y los nuevos procedimientos.
¿Quién será el coordinador parlamentario azul?
¿Quién sacara las castañas del fuego por los panistas?
¿Quién conducirá los debates en el Congreso local por los azules?
¿Nos sorprenderá algún legislador del PAN?
Pocas veces habíamos visto una bancada tan frágil.
Hace décadas que no veíamos un grupo parlamentario tan débil.
En el pasado, vimos grupos parlamentarios panistas pequeños, dos o a lo sumo tres, pero eran suficientes para armar un debate de altura y obtener cambios fundamentales a los proyectos de ley. Hoy, lamentablemente no estamos ante esa circunstancia. Con legisladores inexpertos, con una formación política cuestionable y una contextura ideológica inexistente, el PAN navega si rumbo.
Otro elemento que conspira contra los panistas es el otro apoyo externo, que mucho les ayudaría en estos momentos: los alcaldes.
Tienen franca minoría de presidentes municipales.
El último recurso, que les quedaba no está de su lado.
Es decir, una bancada mutilada, sin orientación, sin por qué luchar, y sin qué defender, poco o nada, tiene qué hacer.
Y mientras estén los Cabeza de Vaca ahí, así seguirán.