por Carlos G. Cortés García
EN LA ECUACIÓN DE LA ESCASEZ DE AGUA, LAS FAMILIAS SOMOS MUY IMPORTANTES
· A su paso por Tamaulipas, la candidata de MORENA a la Presidencia de México ha asegurado que de ganar se habrán de tomar acciones de fondo para solucionar el difícil tema de la escasez de agua. Es “un compromiso” ha dicho la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
En su visita a tierras tamaulipecas, la candidata de la Coalición “Sigamos Haciendo Historia”, Claudia Sheinbaum, trae varios temas que nos pegan directamente a los tamaulipecos. Dos en especial han llamado la atención de tirios y troyanos: la escasez de agua y las energías a futuro.
La abanderada morenista trae claros los dos temas. En el primer asunto, el tema del agua, hay que racionalizar que más de 35 millones de mexicanos viven con escasez extrema de agua y arriba de 43 millones tienen acceso a baja disponibilidad del vital líquido. Y como ambientóloga de profesión, la ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México sabe que de continuar los actuales esquemas de uso y aprovechamiento ineficiente de los recursos hídricos, el futuro de nuestro país se ve seriamente amenazado.
La escasez del agua es una realidad que requiere de atención urgente. Y es que según la Organización de las Naciones Unidas, las sequías podrían duplicarse para el año 2050. ¿Se imagina? Me parece que es este un escenario devastador. Y no sería, en tiempo futuro, sino que ya es, en tiempo presente. Hoy, prácticamente en todo el país, y en otros países del planeta, estamos ya sufriendo la escasez y la sequía, lo que pone en riesgo la vida humana.
Al día de hoy, México ya enfrenta desafíos por la falta del recurso. Y a lo largo de las últimas décadas las sequías se han intensificado, principalmente en las regiones norte y centro del país, lo que amenaza la disponibilidad y calidad del agua. ¿Y entonces qué planeta… qué país les habremos de heredar a las siguientes generaciones? Del tema de la falta de agua y de las posibles soluciones se ha hablado infinidad en los últimos años. Y la pregunta obligada es: ¿qué hemos hecho para mitigar el problema?
Las sequías tienen múltiples causas interconectadas que incluyen el cambio climático, el crecimiento poblacional, la sobreexplotación del agua y la deforestación. Y el cambio climático, altera los patrones de precipitación y vuelve a las lluvias impredecibles.
Asimismo, el aumento de la población conduce a un mayor consumo, mientras que la deforestación disminuye la capacidad de los ecosistemas para retener agua y regular el ciclo hidrológico. Pero vuelvo a la pregunta anterior. ¿qué hemos hecho para mitigar el problema? Si. ¿Qué han hecho los gobiernos municipales, estatales y nacionales? ¿Qué han propuesto para resolver el grave problema que representa la escasez de agua? Pero la pregunta más importante: ¿Qué estamos haciendo en casa para cuidar y racionalizar el uso del vital líquido?
¿Se ha preguntado cuántos litros representa que la gotita de agua caiga cada segundo, durante días y meses en el lavabo del baño? ¿Nos hemos preguntado a cuanto equivale que tomemos una ducha de media hora de duración cada mañana? (¡Quienes pueden, claro!) ¿O sabe a cuanto equivale que lavemos el auto a punta de manguera?
Y claro que, también hay preguntas para las autoridades de los organismos operadores del agua en cada ciudad: ¿Cuántos litros de desperdician cada día por las fugas de agua en la red? ¿Qué se está haciendo para resolver este serio problema? Hay quienes aseguran que en las ciudades, en general, conste, se va por las fugas más del 70% del agua necesaria para que sobreviva una ciudad. ¿70 por ciento? Esa cantidad relativa no es la misma en la Ciudad de México, que en Guadalajara, en Monterrey o en Ciudad Victoria.
Pero además, la reducción de las precipitaciones pluviales también nos han pegado duro, durísimo, al grado de que en las ciudades se ha tenido que racionar el agua a través de tandeos: un día sí y un día no, aunque en otras ciudades donde el problema es más serio, el tandeo se transforma en un rato si y tres días no.
En el caso de Tamaulipas, recordemos, que a partir de la llegada del Gobernador Américo Villarreal Anaya, se han bombardeado las nubes, con yoduro de plata, para promover la generación de lluvias en las diferentes regiones de Tamaulipas. Esa medida ayuda, sin duda, pero necesitamos grandes cantidades de agua, como las que trajo el Huracán “Alex” a Tamaulipas en 2010.
Recordemos que “Alex” fue el primer huracán que se formó en el océano Atlántico en el mes de junio de 2010, desde el “Allison” en la temporada 1995. El huracán Alex causó daños devastadores aunque fue clasificado como categoría 2. A las 21 horas del 30 de junio de ese 2010, el Centro Nacional de Huracanes confirmaba que Alex tocaba tierra como huracán de categoría 2 en el municipio de Soto la Marina.
El paso del fenómeno trajo vientos de 175 kilómetros por hora, y dejó al menos 15 personas fallecidas paso por territorio nacional, así como daños superiores a los mil quinientos millones de pesos. Finalmente, después de tocar tierra en Tamaulipas, el huracán provocó tan sólo siete muertos y un desaparecido, además de inundaciones considerables, cortes de energía eléctrica en el Noreste de México y en el extremo austral de Texas. Pero trajo agua. Con “Alex”, en el estado de Tamaulipas, registró lluvias que variaron entre los 91,25 y los 315,50 mm.
Un dato más. La Comisión Nacional del Agua indicó que los acumulados de lluvia que dejó “Alex” en Monterrey, excedieron largamente los producidos por el Huracán Gilberto en 1988, cuando sólo cayeron 280 mm en aquella Ciudad. Entonces, requerimos la solución natural y dos soluciones humanas: la primera, aquella que impulse la autoridad y la segunda que las familias cuidemos el uso y destino del vital líquido.
Por cierto, el Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, y el presidente municipal de Victoria, Eduardo Abrahám Gattás Baez, han asegurado que en este año iniciará la construcción de la Segunda Línea del Acueducto de la Presa Vicente Guerrero. Ese ha sido un compromiso y sabemos que así será.
Así pues, la candidata morenista a la Presidencia de la República se comprometió en la frontera de Tamaulipas que, de ganar la elección del próximo 2 de junio, se habrán de buscar soluciones al problema que ya nos pega a los tamaulipecos, con la escasez de agua.
PD. 1. Este 20 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Felicidad. Y como ya sabe Usted qué a veces nos gusta hacer estudios de todo, le comento que se ha publicado la lista de los países más felices del mundo en 2024.
¿Quién encabeza la lista? Finlandia, por séptimo año consecutivo, encabeza la clasificación del país más feliz del mundo. Este Informe Mundial sobre la Felicidad 2024 es patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas. A Finlandia le siguen Dinamarca, Islandia y Suecia. Y España desciende cuatro puntos hasta el puesto 36 con respecto al año anterior.
El estudio analiza 143 países y se basa en la Encuesta Mundial Gallup, analizando seis variables: apoyo social, libertad, generosidad, esperanza de vida con buena salud, PIB per cápita y percepción de la corrupción. El listado puede servir, también, como guía para escoger el próximo destino al que viajar.
En base a esto, los encuestados valoran los factores del 0 al 10 a través de la Escala de Cantril centrada, sobre todo, en la satisfacción vital. Posteriormente, los científicos analizan las respuestas con el objetivo de clasificar a los estados según el nivel de felicidad.
Y mientras Finlandia goza de un buen resultado, Afganistán cierra la clasificación por detrás de Togo y Burundi.
Según los resultados, esta es la clasificación y puntuación de los países más felices del mundo:
Finlandia (7.741 puntos)
Dinamarca (7.583)
Islandia (7.525)
Suecia (7.344)
Israel (7.341)
Países Bajos (7.319)
Noruega (7.302)
Luxemburgo (7.122)
Suiza (7.060)
Australia (7.057)
Asimismo, las personas mayores de 60 años son más felices en Dinamarca, seguidos de Finlandia, Noruega, Suecia e Islandia.
En resumen, pues, Finlandia es el país más feliz del mundo y Afganistán es el último en el lugar 143; son los dos extremos de la lista del Informe Mundial de la Felicidad 2024, estudio en donde México ocupa el puesto número 25, lo que lo coloca como el país más feliz de América Latina.