Por Pegaso
Por todos los rincones de Tamaulipas ya empieza a convertirse en clamor: El asesinato del periodista Toño De la Fuente fue un crimen de estado.
No se deben aceptar los trillados argumentos del crimen pasional o de la relación con grupos de la delincuencia. Eso no.
Es más, Toño se había caracterizado por las críticas duras hacia el Gobierno del Estado y hacia la Fiscalía General de Justicia de la entidad, así que por esa causa, la Fiscalía General de la República determinó atraer el caso.
Es bien sencillo. No puede dejarse que el Fiscal Carnal lleve el caso porque él es uno de los sospechosos. No puede ser juez y parte.
Declaraciones como la de Gustavo Cárdenas y algunos de los escritos del finado comunicador apuntan hacia una sola dirección: El tercer piso de Palacio de Gobierno.
Esto es bien fácil: Si parece pato, camina como pato y hace como pato, ¡pues es un pinche pato!
No se necesita ser un adivino, brujo o chamán para saber que el compañero se había convertido en un cadillo en medio de las pompis de alguien. No estoy afirmando que ese alguien pagó para que lo mataran, pero creo que por lo menos esa debe ser una línea de investigación por parte de la Fiscalía General de la República.
A raíz de los tristes acontecimientos, y toda vez que ya van tres periodistas al hilo en la Administración Estatal que afortunadamente está por terminar, el gremio empieza a despertar, y ayer mismo, en el puerto de Tampico, un grupo numeroso de comunicadores se manifestaron frente al Palacio Municipal para exigir justicia. Y en la capital del Estado, un centenar de picateclas marchó desde la plaza Hidalgo hasta el Palacio de Gobierno, vestidos de luto y portando una manta que decía: “¡Soy periodista!¡Soy Tony De la Cruz!”
Este viernes 1 de julio han sido citados los periodistas de Reynosa para hacer lo propio. A las 9:00 de la mañana, en la plaza principal, quienes sientan que ya se debe hacer algo para exigir un freno a las agresiones contra la prensa, harán acto de presencia y llevarán pancartas de rechazo.
El reclamo es hacia el Gobierno Federal y hacia el Estatal.
El federal, por atizar el clima de linchamiento hacia los medios de comunicación y el estatal por la poca importancia que parece darle a este tipo de crímenes.
Y fíjense. Ayer el Congreso del Estado, cuyo Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional es propiedad del gobernador, aprobó una serie de modificaciones a importantes leyes que otorgan más atribuciones y dan más poder a la Fiscalía General de Justicia, a cargo del Fiscal Carnal.
Esto fue interpretado por el grupo contrario, el de MORENA, como una traición al pueblo tamaulipeco, porque eso significa que el Fiscal Carnal estará todavía por tres años más al frente de la dependencia, siguiendo las órdenes de su “Jechu” (Nota de la Redacción: El autor del artículo hace homenaje con esa palabra al personaje de El Molacho, de la serie Los Polivoces, interpretado por Armando Manzano. El Molacho, cuando llegaba del trabajo a su casa, le decía “Jechu” a su mamá. Esta le preguntaba por qué le decía así y el personaje le aclaraba: “Quiere decir Jefecita chula”.
Pues bien, el “Jechu” del Fiscal Carnal quiere protegerse y blindarse más allá de lo que constitucionalmente le está permitido, posiblemente pensando que si se le acaba el fuero el 1 de octubre, podrá contar con un escudo de agentes estatales y GOPES fieles que lo protejan de un eventual intento de aprehensión por parte de la Guardia Nacional o de cualquier otra fuerza federal.
Nuevamente: Si camina como pato, hace como pato y parece pato, ¡es un pato!
Y viene el refrán estilo Pegaso, cortesía de un desaforado gobernante: “¡Para la totalidad poseo!” (¡Para todos tengo!)