Por Pegaso
-¿A qué te dedicas?
-A mover vacas.
-¡Qué!¿Eres ganadero?
-No. Soy instructor de zumba.
Era una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando estaba tomando el sol en la playa llegaron los de Greenpeace y la devolvieron al mar.
-Oye. Dile a tu hermana que no está gorda, que solo es talla “L”…fante.
-Cariño, ¡te veo mejor!
-Pero estoy un poco más gorda que el año pasado.
-Por eso… ahora te veo mejor.
Primer acto: Una gorda trae una escopeta en las manos.
Segundo acto: La gorda viene en un tanque de guerra.
Tercer acto: La misma gorda, pero con una pistola. ¿Cómo se llamó la obra?
¡Se armó la gorda!
Era una mujer tan gorda, pero tan gorda, que un día se pesó y la balanza decía: “Continuará”.
Una mujer se vio al espejo y dijo: “Ya sé por qué estoy tan gorda: La culpa es del shampoo porque dice que es para dar cuerpo y volumen.
Una amiga le contestó: Pues a la otra báñate con lavatrastes, chulis. Ahí dice que es para disminuir hasta la grasa más imposible.
Una mujer le dijo a su marido: “Ramón, me siento gorda y fea. ¿Qué es lo que tengo?
El esposo le contestó: “Razón, querida, razón”.
Era una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando se caía de la cama se caía por los dos lados.
-¿Estoy gorda, mi amor?
-Nahhh, yo diría que tienes un cuerpo común…
-¿Qué tan común?
-Pues… común camión torton, mi amor.
-Mi amigo Juan se quitó de encima como 150 kilos de grasa inútil.
-¿Tan gordo estaba?
-No. Se divorció.
-¿Me das un trozo de pastel?
-Sí, claro.
-Pero así, súper chiquito, porque estoy a dieta.
-¿Así? ¿Cómo los otros siete que te has comido?
-Sí, porfa.
Era una mujer tan gorda, pero tan gorda, que su ángel guardián tenía que dormir en otra cama.
Un niño fue llorando con su mamá a decirle que la vecina le pegó.
La mujer fue hasta la casa de la vecina y le reclamó: “¿Por qué le pegó a mi hijo?”
A lo que la aludida dijo: “¡Su hijo me llamó gorda!”
-¿Y usted cree que pegándole va a adelgazar?-le respondió la fúrica progenitora.