Por Pegaso
Este es un cuentecillo que vi ayer en Internet.
Si a alguno de mis dos o tres lectores no le gustan este tipo de lecturas, puede saltarse hasta donde dice: Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso.
Andaba un día un jumento pastando en el llano. Caminando acá y acullá, en un descuido cayó en un profundo pozo de agua.
El pobre animal empezó a rebuznar lastimeramente, logrando atraer la atención de su dueño. Éste se asomó al pozo y vio en el fondo la maltrecha figura del cuadrúpedo.
Luego de sopesar la situación, consideró que el burro ya estaba muy viejo y no valía la pena el esfuerzo de sacarlo.
Además, hacía mucho tiempo que el pozo estaba seco, así que pidió la ayuda de otros campesinos vecinos suyos y entre todos procedieron a echarle tierra para taparlo, con el pollino dentro.
Los hombres agarraron unas palas y empezaron a lanzar la tierra. El burro, al darse cuenta, rebuznaba con mayor desesperación.
Después de un buen rato, éste ya no emitió sonido alguno, lo que hizo pensar a los labriegos que finalmente había sido cubierto por la tierra.
Cuál sería su sorpresa que, cuando ya casi estaba lleno el pozo, vieron surgir la cabeza del animal.
Cuando este llegó a la boca de la noria, salió tranquilamente y se fue trotando al campo, a seguir comiendo el rico pasto del llano.
Lo que sucedió fue que, con cada palada de tierra que aventaban los campesinos, el burro se sacudía y subía un poco, hasta alcanzar el borde.
Moraleja: La vida te va a tirar mucha tierra. Lo que necesitas hacer es sacudírtela y subir un poco cada vez, hasta lograr tus objetivos.
Cada uno de nuestros problemas es como una palada de tierra que podemos usar como escalón para salir de los huecos más profundos sin darnos por vencidos.
¡Vamos! ¿Sacúdete la tierra! Da un paso a la vez.
Si el burro pudo.., ¿por qué tú no?
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “El asno disertando acerca de órganos auriculares de audición”. (El burro hablando de orejas).