Por Pegaso
La columna de hoy trata de puros chistes de suegras. Aquellos que quieran mucho a sus mamás postizas, pueden saltarse hasta donde dice: “Y ahora viene el refrán estilo Pegaso”.
Entra un ladrón a un banco, apunta con su arma al cajero y le pide todo el dinero que hay en la caja.
Una vez que tiene en su poder el botín, se da la vuelta hacia los clientes, que permanecen agachados en el suelo y le pregunta a una señora: “¿Usted me vio robar?
Le contesta la aludida: “Sí, pero de refilón”.
Entonces, el caco toma su pistola y le pega un tiro en la cabeza.
Voltea hacia donde está un anciano y le dice: “¿Usted me vio robar?
-No. La verdad es que casi no vi nada…
Toma su pistola y le da dos tiros en la cabeza.
Por último, el ratero se dirige a una familia que estaba a su derecha y le pregunta al padre: “¿Ustedes me vieron robar?”
Y contesta el botarate: “Nosotros no, pero mi suegra sí. Hasta grabó video con su teléfono celular”.
El juez le dice al acusado: “Señor Fulano de Tal, se le acusa de tratar de matar a su suegra con un hacha, ¿cómo se declara?”
-¡Soy inocente, señor juez,-responde el tipo. Lo que pasa es que quería espantarle la mosca que tenía en la frente.
Un tipo le pregunta a otro: “Oye, Filigonio, ¿por cuánto me comprarías a mi suegra?
-¿A tu suegra? No, pues por nada.
-¡Trato hecho!
-Oye,- le pregunta un sujeto a otro-¿y tu suegra cómo es?
-Bueno… si viviera en La India sería sagrada, y si viviera en Inglaterra estaría loca.
Dos amigos se encuentran en la calle. Uno de ellos va con una pala al hombro, todo sudoroso y agotado.
-Pero Pepe, ¿qué te ha pasado?
-Estoy hecho polvo. Vengo de enterrar a mi suegra.
-¿Te ha costado tanto trabajo, con lo fuerte que eres?
-Lo que pasa es que no se dejaba enterrar la muy desgraciada.
Solo para conocedores:
-¿Cuál es la diferencia entre amante y esposa?
R: 30 kilos.
-¿Cuál es la diferencia entre el amante y el esposo?
R: 30 minutos.
-¿Cuál es el mayor castigo para la bigamia?
R: Tener dos suegras.
-¿Cuál es la diferencia entre un terrorista y una suegra?
R: Con el terrorista se puede negociar.
-¡Híjole!-le dice un tipo a otro en medio de la muchedumbre. Vivo con el miedo de que alguien entre a robar a mi pobre suegra que vive sola con sus valiosas joyas en la calle Morelos número 435 Oriente, Departamento 3, Segundo Piso.
Llega el del censo a una casa y pregunta al dueño:
-¿Su nombre?
-Adán.
-¿El de su esposa?
-Eva.
-¡Ja! ¿De casualidad anda la serpiente por ahí?
-¡Claro que sí!… ¡Suegra, aquí le hablan!
Y ahora viene el refrán estilo Pegaso: “Progenitora de mi cónyuge, jurisconsulto y galeno, conforme mayor distancia mayor ventaja”. (Suegra, abogado y doctor, mientras más lejos mejor).