Por Pegaso
Yo me río y me carcajio cuando la gente sale con alguna vacilada como la del pasado 22 de febrero.
Un día capicúa, porque es simétrico, y palíndromo también, porque se lee igual de adelante para atrás que de atrás para adelante: 22022022.
A todos los que creen en esas patrañas les tengo una mala noticia: Ese día fue como cualquier otro. No pasó nada especial, no cayó un asteroide, no se declaró la guerra, no hubo un gigantesco tsunami, no hubo zombies ni invasión extraterrestre. Nada.
El único valor que tienen ese tipo de cosas es la de entretener a las masas ignorantes.
A todos nos llama la atención lo que suena a extraordinario, lo que se sale de lo cotidiano y aburrido.
Pero cuando ya empiezan a decir que se trata de un día especial porque es capicúa o palindrómico, cuando hasta se felicitan unos a otros, no cabe más que pensar hasta dónde hemos llegado en esta regresión intelectual, que no es el caso de mis dos o tres lectores, porque ellos se nutren del basto bagaje cultural que les ofrece esta chimengüenchona y morrocotuda columna.
Pero para quienes realmente deseen conocer y profundizar en las curiosidades matemáticas, les sugiero que conozcan el “Primo de Sheldon”.
No se trata de un consanguíneo del popular personaje de la serie de televisión “The Big Bang Theory”, sino de un número primo que tiene características especiales.
Ese número es el 73.
Sheldon mismo lo explica de la siguiente manera: “El 73 es el 21avo. Número primo. Al invertir sus cifras obtenemos 37, que es el número primo 12vo. Y al invertir este obtenemos 21, que es el producto de, prepárense, 7 y 3”.
Me imagino que los mismos que anduvieron diciendo que el día 22 de febrero fue especial, se esperarán hasta el 13 de marzo, cuando se llega al día 73 del año y dirán: “Miren, hoy es un día especial porque es el número primo de Sheldon. ¡Felicidades!”.
No, ¿verdad?
Entonces no me vengan que un día es especial porque cae en una fecha curiosa. A otro perro con ese hueso.
Si les hacemos caso a los escritores especialistas en motivación, entonces hay que decir que un día es especial cuando nosotros mismos hacemos que lo sea.
Yo, por ejemplo, me casé con mi Pegasita un 14 de febrero, así que esa fecha no se me olvida y para nosotros, es especial.
Y a lo largo del año hay días a los cuales nosotros mismos les hemos dado significados y, por ejemplo, si el 24 de diciembre es importante para la gran mayoría de los cristianos, no representa nada para los taoístas, jainistas y budistas.
Recordar también que el calendario que hoy usamos ha tenido diferentes modificaciones, así que en términos reales y a nivel cósmico, todos los días son iguales.
Quédense con estas reflexiones.
Y el refrán estilo Pegaso dice así: “En forma más prístina, ni el líquido incoloro, insípido e inodoro compuesto por un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno”. (Más claro, ni el agua).