Los saldos de la visita de Cepeda Salas
José Ángel Solorio Martínez
La reunión entre el líder del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Alfonso Cepeda Salas y el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, para desplegar acciones para el mejoramiento del sistema educativo estatal, el pasado viernes 19 de enero en Tampico, Tamaulipas generó varias consideraciones:
1.- Cepeda Salas, apoyó los planteamientos del dirigente de la Sección XXX, Arnulfo Rodríguez Treviño. En su alocución, el dirigente magisterial, elogió la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, de ubicar en los cargos claves de operación de sus políticas educativas a profesores. Ello, en abono a la postura del profesorado tamaulipeco que, desde el inicio del gobierno de Villarreal Anaya, insiste que en la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) sea ocupada por personal que haya vivido la experiencia del trabajo áulico.
Justo esa postura, es la que mantiene la confrontación profesores-gobierno estatal: siguen machacando en la salida de la secretaria Lucía Aimé Castillo Pastor. Aunque no sólo por esa circunstancia el profesorado la repudia; también ha incrementado el encono contra ella, su desprecio por los maestros y sus mimos a centenares de recomendados que ganan como si fueran doctorados a quienes ha ubicado sin méritos en áreas de mayor remuneración.
2.- En la coyuntura política de la entidad, la gira del máximo dirigente Cepeda Salas, debe verse como un espaldarazo al liderazgo de Arnulfo y un sofocón para Castillo Pastor que ya despide un tufillo de fiambre en los mundos de la didáctica y la pedagogía. No escatimó -a pesar del desdén de la parte oficial por la presencia del líder de la Sección XXX- elogios para su compañero sindical.
Se infiere: la presencia del dirigente nacional del SNTE, es para descongelar la relación entre Arnulfo y la IV T tamaulipeca, que en mucho ha sido promovida por los aviadores y parásitos que pululan por el edificio de la SET.
En corrillos y sótanos del sistema educativo tamaulipeco, se inculpa a la secretaria Castillo Pastor y su madrina Cuca Varela, quienes para no perder el control administrativo de la dependencia se resisten a realizar cambios en la estructura de la SET que por el momento sigue siendo dominada por representantes del gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca en sociedad con la aviesa Cuca y su ahijada Lucía Aimé.
De igual forma, las mencionadas damas, pretenden mantener lejos la mirada escrutadora a la Sección XXX del SNTE toda vez que, de algunos departamentos, mediante aviadores dispersan recursos para el grupo comandado por el rapazuelo Marco Batarse.
Se calcula, que más de 200 trabajadores fantasmas cobran sin asistir a trabajar, porque desempeñan trabajos al mando del jovenzuelo Marquito.
3.- La campaña negra contra la Sección XXX y sus dirigentes, cesó a partir de la visita de Cepeda Salas y de su discurso plagado de mensajes encriptados para la mayoría, pero bastante directos para los aludidos. ¿Qué pasó con los informadores de Francisco Cuéllar Cardona quienes, en el pasado lanzaron tinas de cieno a Arnulfo?
Los adjetivos con los cuales el líder nacional, se refirió a Rodríguez Treviño, fueron de total reconocimiento a su accionar en defensa de sus agremiados. Justo lo contrario, a lo que la IV T había promovido desde el paro que cimbró la administración estatal.
4.- Ni para donde se haga Lucía Aimé. Ya ha sido sentenciada por las mayorías magisteriales -y por Arnulfo- como inapropiada para desempeñar el cargo. Y ahora, llega el dirigente del magisterio nacional, para machacar la reiterada petición de los profesores de la región: fuera Lucía Aimé.
De otra forma: cada día que pasa, la secretaria Castillo Pastor y cómplices deterioran más y más, la coexistencia pacífica que debiera privar entre la Sección XXX y el gobierno de Tamaulipas.
Lo dicho: Arnulfo, sabe más por diablo que por viejo.
