La hora de las mujeres
José Ángel Solorio Martínez
Tres de las principales ciudades fronterizas, parece haberlas resuelto MORENA, con mujeres: Nuevo Laredo, Reynosa y Río Bravo. Nada mal les irá a las féminas guindas: se llevarán tres de las cuatro alcaldías más potentes del norte tamaulipeco. Casi amarradas, Carmen Lilia Cantú Rosas, Maky Ortiz Domínguez y Malena Rodela.
Se queda en el camino de NL, la Secretaria de Desarrollo Económico de la administración estatal, Ninfa Cantú Deándar; seguramente, obtendrá una candidatura a diputada local o federal.
Las encuestas, definieron la preeminencia de la alcaldesa.
Cantú Deándar, no pudo remontar; al enfrentarla con Yahleel Abdala se complicaba la pelea por la presidencia del Cabildo. Al menos, eso dijeron los sondeos en ese puerto fronterizo
La doctora Maky, empezó a perfilarse, al ver cancelado el camino a la senaduría y al complicarse el registro de su vástago Makyito. No la tendrá fácil: el virtual candidato a la presidencia municipal por el MC, Rigoberto Ramos, ha logrado consolidar su candidatura a la sombra naranja.
Ceder la alcaldía a los Makyiavélicos, proporciona equilibrio en el escenario municipal.
A decir de cuadros morenistas, Maky peleará la senaduría, que se sabe, la fórmula al senado guinda será encabezada por una dama.
En Río Bravo, el paisaje municipal favoreció a la hoy titular del DIF riobravense. Joel Eduardo Yáñez, de concretarse la opción de género en la ciudad, iría por la diputación federal; no sería complicado para el actual jefe edilicio: recorrió todo el distrito federal al lado de Héctor Villegas en la campaña por la diputación.
Tanto Yáñez como Malena, mantendrían el control de MORENA en la ciudad.
Carmen Lilia, Maky y Rodela, garantizan triunfos sin turbulencias en sus respectivas ínsulas.
Al mismo tiempo, resuelven la densa tarea de encontrar las 22 candidatas a alcaldesas que demanda la ley electoral para todo partido político en la entidad.
En la pugna por la senaduría morenista, ya están en la lista, la secretaria del Trabajo Olga Sosa, la Coordinadora de la Junta de Coordinación Política, Úrsula Salazar Mojica y Maky Ortiz Domínguez.
Sosa, puntea por sus vínculos con la IV T tamaulipeca; le sigue, pisándole los talones Úrsula, por sus nexos con la Nomenklatura nacional de MORENA y a la zaga queda Maky, quien por tanto trompicón, ha debilitado su confianza al interior de las filas del lopezobradorismo.
Con esos primeros acomodos, MORENA saca un cuerpo de ventaja al PRIAN en esos territorios. El bloque opositor, excepto Nuevo Laredo, carece de cuadros femeniles para la tarea de disputar los Ayuntamientos. Es más: siguen perdiendo; en Río Bravo, emigró del PAN a MORENA, la ex diputada local Roxana Gómez.
¿Qué se infiere de ese reacomodo femenil morenista?
1.- El lopezobradorismo, seguirá controlando la franja fronteriza. Con esas tres alcaldías en sus manos, incluyendo dos o tres de baja densidad poblacional -en la frontera chica-, dominará en más del 80 por ciento de las ciudades ubicadas en el bajo río Bravo. No es un hecho menor: por gravedad, por inercia, obtendría la mayoría de los diputados federales y locales de esa porción -importantísima- del estado.
2.- Se consolida una corriente femenil al interior de MORENA, que podría darle un vuelco al escenario interno del partido guindo. Ello, conllevaría a potenciar la presencia de mujeres en las filas sheinbaunmistas, que podría darles fuelle para diputar la gubernatura el 2030.
3.- Tendencia tal, achicaría aún más al PRIAN, quien, en las recientes contiendas electorales, resultaron severamente dañadas por el morenismo.
Aunque parezca un eslogan gastado: es el tiempo de las mujeres.