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por Joel Cárdenas

El PAN, los Atanasios y la Magistrada “amenazada”

José Ángel Solorio Martínez

La narrativa del PAN-TAM, cada día se desgasta más. El Congreso local, el espacio favorito de los azules para impulsar sus propuestas, se les escapó de las manos. El Tribunal Estatal Electoral de Tamaulipas (TRIELTAM), avaló los cambios en la estructura de mando del Poder legislativo tamaulipeco, permitiendo a MORENA, seguir en la conducción política administrativa del espacio parlamentario.

El Moyo García, se quedó con la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), achicada por la mayoría del Congreso.

La diputada, Úrsula Salazar Mojica, se queda con el mando del Poder que le otorga la Junta de Gobierno, órgano de control creado por las recientes reformas, al estatuto interno de la Legislatura.

Los choques constantes entre los grupos parlamentarios de MORENA y el PAN -y sus respectivos aliados- han llevado esos diferendos a la mesa del Poder electoral regional.

Los Magistrados del TRIELTAM, votaron por mayoría el proyecto que tuvo su síntesis en la improcedencia de la autoridad electoral para “detener el trabajo de otro poder”.

-No existe esa facultad-precisó la resolución.

El PAN, ante el resultado instrumentó una estratagema para deslegitimar al órgano electoral, lanzando una grave acusación: habían amenazado a la Magistrada, Blanca Hernández, para obligar su inasistencia a la sesión que determinó el adelgazamiento de la fuerza y expresión políticas del PAN dentro de la Legislatura.

Resultó falsa, la denuncia.

Fue una medida desesperada, que erosionó aún más el peso moral y político de los azules: la integrante del TRIELTAM, había sido comisionada por esa misma institución para asistir como su representante en un evento de Justicia electoral en Morelia, Michoacán.

El encuentro, fue convocado por la Universidad de Michoacán, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán, y el propio Instituto Nacional Electoral.

Esa información, fue manejada oficialmente por el Tribunal Electoral tamaulipeco.

El triunfo de la razón morenista, hace retornar la gobernabilidad al Poder legislativo. De igual manera, representa el repliegue del panismo que desde el parlamento se convirtió en el principal obstáculo para el enraizamiento de la IV T en el estado.

Es de esperar, la continuación del litigio del asunto por parte del panismo. Lo irrefutable, es la debilidad creciente de un panismo que no encuentra la salida para reposicionarse entre un electorado que cada día se aleja más de sus propuestas y de sus prácticas.

Finalmente ganó la política, de mano de la justicia.

Por meses, los Atanasios, se esforzaron por instrumentar medidas jurídicas para cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso local. No lo hicieron totalmente mal; lo ejecutaron, desarticuladamente: propusieron caminos jurídicos sin plantear a la par instrumentos de negociación y de acuerdo.

Por largo tiempo, Beas y su consorte, incursionaron sin saberlo, en los desconocidos vericuetos de la política. No han entendido, que la ley, es producto de la política; y que su relación, sólo puede hermanarse dialécticamente. Ese ha sido su principal error: creer en la ley, como instrumento único para la gobernabilidad.

Faltaba la mano política.

Al parecer, ya apareció.

El TRIELTAM, es otro beneficiario de la paz institucional en el Congreso. La ingobernabilidad, vivida por esos vaivenes de la autoridad, impactaba al interior de aquella soberanía.

Se infiere, que la armonía y el debate futuro entre pares, pase por intercambios respetuosos y tersos en el pleno del tribunal electoral.

Por el momento: pierden el PAN y los Atanasios.

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