La vida loca del súper delegado de Bienestar.
José Ángel Solorio Martínez
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, está solo en Tamaulipas. Su súper delegado, Luis Lauro Reyes Rodríguez, tiene en el más completo abandono los programas federales, que le corresponde aterrizar en el estado. El más aplaudido proyecto social de la IV T -los apoyos a los adultos mayores-, está colapsado en la región.
Cientos de beneficiarios, no han recibido su tarjeta de bienestar, lo que les impide acceder a los soportes económicos del presidente.
¿Por qué tanta burocracia?
¿Por qué tanto siervo de la nación y por qué tan pocos resultados en la cobertura de esos alicientes sociales?
Nadie sabe.
Reyes Rodríguez, al parecer anda de vacaciones.
Luego de un conflicto erótico-policial, que casi terminaba en barandilla, entró en una etapa de abandono de sus tareas.
Su más reciente falla en el sistema de los programas de solidaridad social de AMLO para los adultos tamaulipecos, se refleja en la parálisis de las dos oficinas del Banco Bienestar, que operan en ciudad Victoria.
Una de ellas, está instalada sobre la calle 9 en el centro de la ciudad.
Asómbrese: no tiene energía eléctrica.
Las consecuencias: los tarjetahabientes, no pueden retirar sus recursos.
Hay otra forma de obtener esos fondos: por ventanilla; sólo que por este método hay que hacer largas filas: en las horas pico, se pueden ver centenares de adultos haciendo cola bajo el inclemente clima.
No es exagerado, afirmar que tardan horas en la espera los ancianitos.
¿De quién es la responsabilidad de esa barbaridad?
Se infiere: del súper delegado, Reyes Rodríguez.
Otras instalaciones bancarias del proyecto financiero Bienestar, está ubicada sobre el libramiento poniente de la ciudad. No funciona. Esta semana, centenares de beneficiarios hicieron una larga fila, sólo para enterarse que no podían hacer retiros por cajero.
Se sabe en corrillos, que el súper delegado anda en playas paradisíacas en compañía de varios de sus subordinados quienes, como efebos, le llevan el desayuno a la cama.
Es decir, anda feliz, feliz.
En tanto, esa romántica telenovela continua en esa atmosfera al mejor estilo de Televisa, el Programa Adultos Mayores de AMLO, se hunde en el estado.
Se infiere: esos estropicios administrativos de Luis Lauro, no sólo lastiman a los ancianitos; también golpea la política social presidencial.
¿Cuánto tiempo más seguirá el súper delegado, socavando las intenciones de la IV T?
¿No hay una mente sensata, que alerte al gobierno federal de la insensatez y la alocada conducta de Luis Lauro?
¿Acaso el gobierno federal no tiene fondos para contratar un electricista que repare las instalaciones del Banco Bienestar en ciudad Victoria?
¿Por qué no apelar a la sensibilidad social, para poner al frente de esa institución del gobierno de México, a una persona con empatía y equilibrio emocional?
Hace algunos meses, Reyes Rodríguez, intentó ser candidato a senador.
No pudo.
Ya había mostrado mucha impericia en el desempeño de su tarea.
¿Acaso intentará, de nuevo ser candidato?
Posiblemente.
Lo que sí, es una certeza, es que pasó de ser una promesa política, a convertirse en el peor enemigo de AMLO en Tamaulipas.