por Carlos G. Cortés García
¡NO SE INCENDIÓ EL PAÍS!
· En el proceso electoral del día de ayer, se confirmó lo que las encuestas habrían venido señalando desde semanas atrás: el Estado de México sería para MORENA y Coahuila para la Alianza PAN-PRI-PRD, versus PRI, con un dato adicional, los órganos electorales hicieron un trabajo pulcro que termina, una vez más, con la no presentación de impugnaciones a los procesos y el respeto irrestricto a los resultados electorales que mantienen la credibilidad del árbitro electoral, nacional y local. Y más allá, los actores políticos quedaron conformes con el resultado del proceso: desde la noche de este domingo, quienes ganaron lo festejaron y quienes perdieron, lo aceptaron.
Ayer domingo llegó el día del proceso electoral que involucraba a los estados de México y de Coahuila. Con incidencias menores, se llevó a cabo la votación. Y al terminar ésta, después de las 6 de la tarde, empezaron algunas escaramuzas para, finalmente, alrededor de las 10 de la noche, quienes ganaron lo festejaron y quienes perdieron lo aceptaron.
¿Y el resultado? Se confirmó lo que las casas encuestadoras habían venido publicando en las semanas previas al proceso electoral, números más, números menos, pero el resultado final se confirmó en la encuesta más importante de una elección que fue el propio proceso comicial.
Delfina Gómez Álvarez, la candidata de MORENA, resultó la triunfadora en el Estado de México, aunque su triunfo no se dio con una diferencia de dos dígitos como tanto pregonaron, sino que ganó por una diferencia del orden del 8 por ciento, lo que fue reconocido la misma noche de este domingo por su adversaria, Alejandra del Moral Vega, lo que habla muy bien de ella.
Lo mismo ocurrió en Coahuila en donde, más que el desaseo en la selección del candidato de MORENA, Armando Guadiana, pesó el buen trabajo del Gobernador, priísta, de aquella entidad, Miguel Riquelme, quien a lo largo de su gobierno tuvo tres logros que pesaron en el resultado final del proceso: Riquelme trabajo por consolidar la unidad política y social del estado, en lugar de apostarle al encono y a la división de la sociedad Coahuilense.
Asimismo, Riquelme se empeñó en invertirle recursos y estrategia al tema de la inseguridad, lo que, a pesar de lo que se diga, pesó en el ánimo del electorado. Y finalmente, Miguel Riquelme formó a un grupo de políticos de entre quienes saldría quien competiría por su partido en la elección de este 4 de junio. De ahí pues, salió Manolo Jiménez.
Y claro que impactó en el resultado final el jaloneo entre Armando Guadiana, candidato del oficialismo; Ricardo Mejía Berdeja, candidato desconocido por el Partido del Trabajo, y quien finalmente no resultó lo que ofreció; y Lenin Pérez, candidato desconocido por el Partido Verde Ecologista de México. Y ni los votos obtenidos por los tres candidatos opositores, juntos, les daba para poder vencer al vencedor de los comicios, Manolo Jiménez, quien se preparó a lo largo de años.
La elección del estado de México, si bien es una elección muy importante porque impacta a más de ocho millones de electores, no tiene nada que ver con la elección presidencial del 2024. Cada elección es diferente y, desde ahora, se puede anticipar que así será.
Al día de hoy, y en virtud de que la oposición no tiene ningún candidato visible que sea competitivo, se puede adelantar que la presidencia de México será retenida por MORENA, dado que las corcholatas tienen meses en campaña, moviéndose por todo el país, lo que les garantiza mayor exposición ante la ciudadanía y ante los electores.
¿Y la oposición? Pues la estrategia de la oposición debe centrarse en luchar por conseguir la mayoría simple y calificada del Congreso, lo que permitiría amarrar las manos y los deseos de quien gane la Presidencia de la República el 2 de junio del 2024. Así que, los liderazgos de los partidos de oposición deben sentarse ya, hoy, hoy, hoy, y definir la estrategia y los candidatos que habrán de participar en el proceso electoral, federal y local del 2024, si quieren ser protagonistas de la política nacional de los próximos años.
No sé si al presidente López Obrador le interesaba sólo el Estado de México. Y tampoco sé si el Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, dejó pasar por boba la elección. Lo que si se, y espero, que la elección del próximo año tenga la credibilidad que tuvo la elección de ayer domingo.
El Instituto Nacional Electoral y los órganos electorales de los estados hicieron un buen trabajo que dejó a salvo su credibilidad y, lo que queda claro es que el “Plan B” propuesto por el Presidente López Obrador, no pasó y la reforma no será aplicada en el proceso electoral del 2024.
Buen ejercicio de política-electoral el vivido ayer por los mexicanos, unos de manera directa y otros por referencia de los medios. Lo importante hasta hoy, es que no ha habido protestas ni enojos por el trabajo de los órganos electorales.
PD. 1. Armando Guadiana cuando era entrevistado la noche de este domingo, o estaba frustrado, enojado o fuera de sí, porque cuando hablaba con Joaquín López Dóriga le dio su más “sentido pésame” por el fallecimiento de su compañero Guillermo Ochoa. ¡Oh Cielos! Quien murió este domingo, lamentablemente fue Ricardo Rocha, lo que deja claro que el señor Guadiana cuando se enoja no piensa con claridad. Y muchos coahuilenses dan gracias por no haber votado por él.